
Anacoreta Sofista
"Prende la luz". "Siéntate". "Come". "Respira". "Vive". Martín. En mis labios su nombre se hace un clamor, él, en cambio, ha decidido ser invisible. No tengo ni idea de a qué hora se despierta, porque no estoy seguro que duerma. Lo que hace es alejarse, apartarse de la realidad y refugiarse en una enfermedad que sólo él la siente. Se ha realizado sendos análisis en clínicas privadas limeñas y hasta en hospitales norteamericanos, y de todos sale bien librado: no tiene nada, está sano como un conejo.
Pero si le duele, yo le creo. No tiene por qué mentirme. Esta afección le viene desde tiempos innombrables; sé que se disgustará con esto, pero creo que los tres híncones que le vienen en la espalda empezaron el día que él finalizó su relación con R.
Se lo deslice una vez, y con esa cara de amigos que
Doctor en cinco segundos
La tiene frente a él. La ausculta, observa cada parte de su anatomía, le toma la presión, le sonrie, ella ríe nerviosa (esperando en que momento el tigre dará el zarpazo final). Él, reclina la cabeza, hace el ademán que se echará una siesta. Parece que medita, musita frases indescifrables. Un segundo más y se pone de pie: ¡Eureka! está sanita, no tiene nada.
Jimmy ya dio su diagnóstico, la fémina que yace desnuda en una sucia sában de un hostal misionero, a su juicio, en su rápido análisis médico, no presenta síntomas de estar mal de salud. En menos de un minuto, Jimmy expone sus miserias ante la fémina, que por lo general le pide apagar la luz. Empiezan los coqueteos de amor, de pasión. A Jimmy le sudan las manos, no será el único líquido que esa noche se desprenda de su ser. Jimmy es un pugilista amateur: los machos pelean sin guante. La vida, la suya en todo caso, le es ligera, lo toma así, la vive así.
Compartimos muchas cosas. Un departamento, las mismas mujeres. El amor por los hombres nos vino a través de la trova: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat. La mayor demostración de afecto nos la hemos brindado a la distancia: sentados frente a una computadora, nos dedicamos frases de afecto y de recuerdo. Ambos conectados con cámara, prendemos los cigarros a la vez, mientras conversamos escuchamos un tema de fondo, que por lo general es trova.
El año pasado, 12 de setiembre, fecha de mi cumpleaños, se fue este irresponsable de mi vida. No escogió mejor fecha que aquella. Hay votos por volvernos a encontrar en Madrid. Yo digo que si se dará, él solo rie y sigue auscultando, tiene ese don, de en solo cinco segundos puede decir si una mujer sufre de alguna enfermedad o no. Es su vida ligera, su vida misma.
La tiene frente a él. La ausculta, observa cada parte de su anatomía, le toma la presión, le sonrie, ella ríe nerviosa (esperando en que momento el tigre dará el zarpazo final). Él, reclina la cabeza, hace el ademán que se echará una siesta. Parece que medita, musita frases indescifrables. Un segundo más y se pone de pie: ¡Eureka! está sanita, no tiene nada.
Jimmy ya dio su diagnóstico, la fémina que yace desnuda en una sucia sában de un hostal misionero, a su juicio, en su rápido análisis médico, no presenta síntomas de estar mal de salud. En menos de un minuto, Jimmy expone sus miserias ante la fémina, que por lo general le pide apagar la luz. Empiezan los coqueteos de amor, de pasión. A Jimmy le sudan las manos, no será el único líquido que esa noche se desprenda de su ser. Jimmy es un pugilista amateur: los machos pelean sin guante. La vida, la suya en todo caso, le es ligera, lo toma así, la vive así.
Compartimos muchas cosas. Un departamento, las mismas mujeres. El amor por los hombres nos vino a través de la trova: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat. La mayor demostración de afecto nos la hemos brindado a la distancia: sentados frente a una computadora, nos dedicamos frases de afecto y de recuerdo. Ambos conectados con cámara, prendemos los cigarros a la vez, mientras conversamos escuchamos un tema de fondo, que por lo general es trova.
El año pasado, 12 de setiembre, fecha de mi cumpleaños, se fue este irresponsable de mi vida. No escogió mejor fecha que aquella. Hay votos por volvernos a encontrar en Madrid. Yo digo que si se dará, él solo rie y sigue auscultando, tiene ese don, de en solo cinco segundos puede decir si una mujer sufre de alguna enfermedad o no. Es su vida ligera, su vida misma.